Dedicado a Cristina Benítez.
Cristina me llamó y me preguntó: "¿viste la luna? ¡Está fantástica!".
Corrí al balcón, y nada... Me asomé por la ventana del living y tampoco se dejó ver. Sólo quedaba el lavadero. Abrí de par en par la ruidosa ventana, y no estaba. En mi pedacito de cielo no quiso mostrarse. Era tarde ya para salir a la calle a buscarla y yo no tenía ganas de jugar a las escondidas. Entonces la llamé a Cristina y le dije: "¿me describirías la luna vos que la tenés a mano?". Y Cris me la pintó con sus palabras y no escatimó detalles. ¡Y la vi! ¡A través de sus palabras la vi! Apenas corté confirmé una vez más que los amigos del alma siempre nos ayudan a mirar.
Corrí al balcón, y nada... Me asomé por la ventana del living y tampoco se dejó ver. Sólo quedaba el lavadero. Abrí de par en par la ruidosa ventana, y no estaba. En mi pedacito de cielo no quiso mostrarse. Era tarde ya para salir a la calle a buscarla y yo no tenía ganas de jugar a las escondidas. Entonces la llamé a Cristina y le dije: "¿me describirías la luna vos que la tenés a mano?". Y Cris me la pintó con sus palabras y no escatimó detalles. ¡Y la vi! ¡A través de sus palabras la vi! Apenas corté confirmé una vez más que los amigos del alma siempre nos ayudan a mirar.