domingo, 3 de noviembre de 2024

Santa Cecilia

 "Santa Cecilia"


   A Regina le cuesta dormir. Apenas comienza a dar vueltas en la cama enciende la radio o el celular y escucha música. No sabe si esto ayuda a conciliar el sueño, pero sí conoce la serenidad que aparece en su cuerpo con las diferentes melodías. Si escucha tangos queda atrapada en la red de sus letras. Si elige jazz siente un clima festivo en su corazón. Cada noche tiene sus búsquedas y necesidades... Y de a poco, nunca puede precisar la hora exacta, logra dormirse.  
Regina suele afirmar: "la música calma a la fiera que portamos. La música sosiega al alma inquieta que en esencia somos".

                   Vivi García
@vivi.garciagarcia



Renato, el bello durmiente.

 "Renato"      V.G.

No es que sea desordenada y que no extienda ni siquiera la cama... Me gusta el orden, pero,  ¿cómo hago para despertar al príncipe que descasa entre mis sábanas?



Incrédula

 "Incrédula"       V.G

La imagen lo cuenta todo, o casi todo... Nunca lo creí capaz de gigantesca tarea hasta el mágico momento que dejó la luna sobre nuestra cama.



martes, 22 de octubre de 2024

Carta nro. 36.

 

En tiempos de redes… ¡cartas!   Nº 36

                                                                            Nuestro barrio, Floresta, miércoles 23 de octubre.

   José María, querido José María, hemos construido tanto hasta el día de hoy que tengo ganas de seguir creciendo junto a vos. Motivos para seguir adelante: me gusta escribirte, leerte, tomar café, cenar en tu patio lleno de plantas junto a Bartolo, encontrarnos en el café Portela, en el club amado, comentar libros, películas, recuerdos, dolores viejos… Y sí, necesito puntos suspensivos para que compruebes que la lista podría seguir. ¡Buen plan el “face to face”! ¡Adhiero! Pero debo pedirte algo, aquí va: sigamos escribiéndonos en papel, con sobre y todo. No digo ir al correo pero sí entregarnos cartas escondidas en un libro, en un bolsillo o simplemente en mano. Sigamos escribiéndonos cartas manuscritas, en cursiva (vale lapicera, lápiz, marcadores de colores) pero no perdamos la magia epistolar, por lo menos una vez al mes, hagámoslo.

   Y para celebrar la palabra dicha y escrita que tanto nos ha unido, te invito a cenar a mi casa (cocino básicamente vegetales, pastas, semillas… sencillito), siempre habrá un malbec y un par de copas de las que cantan al rozarse, y además conocerás a Regia y a Macanudo. Viernes a las veinte, ¿podés? 

Abrazo

María Victoria

PD.: ¡Qué bueno que te atreviste a robar mi dirección de correo electrónico de la lista de socios!

 

lunes, 21 de octubre de 2024

Carta Nro. 35

 

En tiempos de redes… ¡cartas!   Nº 35

                                                                                    Nuestro barrio,  martes 22 de octubre.

   Querida María Victoria, como verás está naciendo el martes y como el sueño no aparece decidí escribirte esta carta que vengo demorando… (yo también abuso de los puntos suspensivos).

   Después de leer el texto de Ocho Cortado coincido que el término que lo define es “construcción”. Creo que jamás podría  construir bailando junto a vos un tango, pero sí podríamos construir un vínculo enriquecedor para ambos. Tenemos afinidades, temas para conversar, respeto en el disenso, y por sobre todo ganas de seguir leyéndonos. A pesar de todo creo que llegó el tiempo de escribirnos menos y vernos más. Compartir salidas, amigos, cenas, caminatas, lecturas… pero “face to face” como le gusta decir a tu amiga (confieso que me cae casi simpática la expresión extranjera). ¿Para dónde vamos? No sé. Ni siguiera es importante saberlo. Adhiero a la idea de construcción compartiendo más tiempo juntos. Y será lo que ambos tengamos ganas que sea. Sin rótulos. Sin expectativas. Día a día. Pero cuidando lo ya construido.

   Eso es todo. ¿Qué te parece? Tal vez haya llegado el tiempo de reírnos juntos sin tener que imaginar la risa, sino escuchándola.

Un abrazo

José María

PD.: Aunque no haya conectado con el tango me gusta que seas feliz bailándolo. En este instante recordé el libro de Andrés Percivale “Quien es feliz tiene razón”(muy interesante).

viernes, 18 de octubre de 2024

Carta Nro. 34.

 

En tiempos de redes… ¡cartas!   Nº 34

                                                                                    Floresta,  Viernes 18 de octubre.

José María… ¿por dónde empiezo? Trataré de ordenarme para que la carta sea coherente.  ¡Qué lindo lo de la brisa en la cara! Es cierto, eso sentimos los lectores cuando nos llegan textos antorchas… Claro que citaste a Jesús, a Buda… ¡Maestros! Los libros antorchas, como me gusta llamarlos, son esos que nos vuelan la cabeza y el corazón. Cuando los descubro hago una pausa, tomo un té con limón, y regreso a ellos. Son frescos, vigentes, imprescindibles.

  Hablamos mucho en tu casa acerca de las palabras aceptar, resignar.  Aceptar es luchar, aunque duela, luchar y seguir adelante. Resignarse es, abandonar, detenerse… Eso creo. Confieso que abuso de los puntos suspensivos.

   Con respecto a  tus miedos ante las pérdidas…  con miedo o sin él  las pérdidas serán igualmente inevitables. Quizá nos queda andar por la vida disfrutando cada cosa, desde un vaso con agua hasta un viaje, un nacimiento… Celebrando cada hecho “celebrable” y aceptando (tarea nada sencilla)  lo que no está en nuestras manos modificar (estoy algo reiterativa me parece, porque creo que esto ya lo escribí o lo dije… o tal vez necesite escuchármelo nuevamente).

   Cambiando de tema, volví a la carga con la obra de Ocho Cortado, y descubrí esta joyita que explica porque bailo los domingos:

"En la pista" por Ocho Cortado.

    Felicitas se preparó para ir a la milonga. Se puso un vestido rojo y unos zapatos negros tan brillantes y tan altos que a su paso todos se daban vuelta. 
   A llegar al baile Ricardo la cabeceó, de inmediato ambos se fusionaron en un abrazo y durante los cuatro minutos que duró "La mariposa" por el  maestro Osvaldo Pugliese,  fueron dos corazones en un solo cuerpo.

Esa magia sucede en las milongas José María.  La necesidad de otro, otra, para construir la danza.

PD.: Si las cartas que nos enviamos te encienden, ¿por qué creés que es tiempo de escribirnos menos? Me dejaste pensando.

 

jueves, 17 de octubre de 2024

Carta nro. 33

 

En tiempos de redes… ¡cartas!   Nº 33

                                                                                    Floresta soleada,  Jueves 17 de octubre.

   María Victoria, qué buena la charla que tuvimos en “Café Portela”, cada vez que nos encontramos antes de tu milonga, llegás tarde, pero como me dijiste “a la milonga uno llega y se va cuando quiere…”, me quitó culpa. Mis clases de tango siguen, pero soy un tronco… 

    El ruido mental es una complicación, pero creo que si ponemos atención podemos frenarlo un poco.  Busqué y leí los textos que me sugeriste: Las cuatro nobles verdades de Buda,  y Mateo capítulo 6 versículos del 25 al 34 del Nuevo Testamento. Aquello de “No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo…” me resultó clarísimo, sólo tendré que recordarlo más seguido. Todo me resultó tan interesante, algo parecido a la brisa que se siente en la cara al abrir una ventana. También eso que dijiste que aceptar no es lo mismo que resignarse… me dejó pensando. Cada vez son más las cosas que me gustan de vos. Y esto que digo no es cuento. Porque si te alejaras, perdería. Y eso me asusta… (otra vez con el miedo a perder, qué plomazo soy…).

   Me quedó claro porque bailás los domingos, me alegro por el inicio de La Tertulia en el club que coordinarás de maravillas, y tus cartas…me encienden, me dan luz, o quizá tu luz refuerce la mía.

Gracias por tan valioso intercambio.

José María

PD.: ¿Será tiempo de escribir menos?