La pausa necesaria por Vivi García
Todos los jueves, Clarita y Mario se juntaban a leer poesía y a tejer. Él había aprendido rápido. La mesa era un lío de libros, papeles, lanas y agujas. A la rueda de las palabras se sumaban el té, los colores de los ovillos y los secretos. Éstos últimos eran reservados para el cierre del encuentro, cuando ya habían paseado por la mesa varias teteras y el tejido había crecido como el coraje necesario para soltar aquello guardado bajo siete llaves.
Y en ese preciso momento, cuando lo escondido en un rincón del alma salía a la luz, la taza quedaba apoyada en el plato, las cucharas dejaban de cantar sobre la porcelana y la aguja hacía la pausa necesaria para que salieran las palabras hasta entonces calladas.
En ese instante, se abrían el corazón y los oídos y los ojos de quien escuchaba. Después venía el alivio, un gran alivio que impregnaba toda la casa.
El amor esta vez no estaba escondido en un zaguán sino en una mesa no de café sino de té y entre tejidos como Penélope.
ResponderEliminarMe gustaron Vivi!!!! Que bueno poder leerte
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