domingo, 2 de enero de 2022

La espera, por Vivi García

 Veinticuatro de diciembre. Estoy en la plaza de mi infancia aguardando para ser hisopada. A pesar de haber llegado media hora antes del horario de apertura, en la cola tengo cincuenta personas delante. 

Naturalmente brota la oración "ojalá dé negativo y que los positivos la pasen pronto y bien". Imposible no invocar a lo Supremo cuando la Naturaleza está tan cerca: el gorjeo de las aves, la danza de las hojas, los diferentes tonos de verdes, dos cotorras que se disputan un fruto... 

En esta plaza jugué, soñé, me divertí, casi una segunda casa en tiempos en que el juego en la calle era cotidiano. 

Buen ejercicio para la paciencia la espera. 

Las esperas... todo un tema como para reflexionar, ¿no?

Pero aquí me detengo. Comienzan a atender a las 8.00 y faltan 3 minutos.

Plaza Santojjanni.




La cita, por Vivi García

 Elsa le había hecho un lugar en su patio, en su casa y en su vida. La llamó Ina. La pequeña gata Salía a pasear a diario, pero regresaba puntualmente para la hora del mate, momento en que ambas disfrutaban del patio, el sol y las plantas. ¿Palabras? No hicieron falta nunca. Un gato, gata, siempre sabe dónde es recibido con amor. Elsa, siempre albergó a los hermanos de cuatro patas. ¿Palabras? No siempre son necesarias.