martes, 21 de junio de 2022

Dos yemas por Vivi García

 


“Dos Yemas”                       por Vivi García


Un día sucedió algo extraño en Córdoba... Una pequeña niña, llamada Martina, estaba ayudando a su mamá a cocinar una torta de cumpleaños, al cascar un huevo encontró dos yemas... La madre, al ver el asombro de su hija, le susurró al oído: "dicen algunas personas mayores, que cuando alguien encuentra dos yemas dentro de un huevo puede hacer con ellas lo que quiera". Martina de inmediato cerró los ojos (como para concentrarse) y las yemas de a poquito, se fueron transformando en un maravilloso par de lentes... amarillos, brillantes, mágicos. La pequeña se los calzó sobre su diminuta nariz y salió a la calle. Lo que vio a través de sus cristales era... cómo explicarlo... ¡sublime!. Cada vez que posaba sus ojos sobre una persona, un objeto o un animal, podía ver el pasado de ellos. Por eso al mirar a su mamá la vio de niña, tomando una clase de zapateo americano, ¡cómo se movía! ; lo pudo ver a su perro Timoteo recién nacido, parecía un ovillo de lana negra; a la heladera la vio flamante, sin ninguna rayita... y frente a un espejo se vio a ella misma con pañales y chupete. 

  Desde ese día, en la casa de Martina, los vecinos hacen cola para que ella les preste por un ratito los anteojos mágicos.

  Yo ya saqué un pasaje a la ciudad de Córdoba, porque a veces no me acuerdo de mí, y quiero volverme a ver jugando en la hamaca de la plaza de mi barrio, yendo a la escuela de la mano de mi padre (¡qué bien silbaba los tangos!), o comiendo una de esas manzanas con caramelo que tanto trabajo le dan al que las quiere morder.

                                                                                   


De mí, nada sabrán.... por Vivi García


 

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