miércoles, 14 de abril de 2021

"Hable conmigo" por Vivi García

  Un día, hace varios meses en plena pandemia 2020, encontré en mi celular un mensaje de texto. Hacía tiempo que no usaba esa vía para comunicarme, pero igualmente lo leí. Y me gustó leerlo porque era la presentación de alguien que dijo llamarse Juan, que al no tener la posibilidad de la aplicación wathsapp en su celular lo hacía por SMS. No sé cómo llegó a mi número y no me importó demasiado. Y desde ese primer día, todos los demás aguardé y aguardo su SMS de las 11.00 AM. Hablamos, en realidad escribimos, acerca de la vida, las noticias, libros, viajes, gustos, sueños, amores viejos... Largos mensajes van y vienen de once a trece. Algunas veces me pregunté quién era Juan. Nunca me propuso comunicarnos por correo electrónico, redes, o alguna llamada que identificara al menos nuestras voces. Yo tampoco lo hice. Pensé que tal vez fuera una persona comprometida que había encontrado en mí una interlocutora válida, o tal vez estuviera privado de su libertad y su celular fuera muy limitado o antiguo, o quizá con lo que sabía de mí o creía saber, le alcanzara para mejorar sus mañanas.

   Ya  no me hago preguntas, no me interesa conocer más de lo que sé acerca de él (¿él?). Me basta con escuchar el sonido del celular cada día a las once y hablar escribiendo con alguien. No dejaría de hacerlo salvo que Juan decidiera abandonar esta comunicación casi enigmática vía SMS.

   Siempre fue sensible a la palabra dicha, leída, aunque las mismas flotaran en el río dentro de una botella.

vivitecuenta@gmail.com


sábado, 10 de abril de 2021

"Generosidad" (fotorrelato)

 "Generosidad" por Vivi García. ( fotorrelato). Dedicado a mi "amigahermana" Elisa Vázquez.

Cuando me sumé al taller de lectura y escritura creativa dictado por la profesora Elisa Vázquez, no imaginé que el capítulo catorce de la novela "Oscuramenye fuerte es la vida" de Antonio Dal Masetto me haría llorar tanto. Sin dudar un instante, la llamé y le dije textualmente: "profesora Elisa, ¿dónde guardo las lágrimas que nublan mi visión al leer la novela?". Ella, muy serena me dijo: "en un cuenco no muy pequeño ya que en los capítulos siguientes seguirá brotando una dulce lluvia de tus ojos".
Busqué en mi casa el objeto adecuado para futuros llantos hasta que percibí la entrega generosa del sapito de cerámica. Desde entonces, el cántaro que sostiene es mi "guardalágrimas".
vivitecuenta@gmail.com