lunes, 24 de mayo de 2021

"La calle de los cuentos" por Vivi García.

   En Floresta existe la calle de los cuentos. En realidad es un bello espacio verde pegadito a las vías del tren. Está del lado norte, y a pesar de ser  un foco textil y comercial con todo lo que eso implica, esta calle palabrera conserva, gracias a Matilde, el aroma de los cuentos. 

   Todos los sábados a las 11.00 llega Matilde con su changuito lleno de libros, improvisa con mantas rincones de lectura, y ¡listo! Grandes y niños  toman un libro y se desparraman sobre las mantas a leer solitos o con la voz prestada de algún adulto.
   Alrededor de las doce y media, Matilde se sienta sobre un banquito de esos que se abren mágicamente, hace sonar una campana que indica que un cuento será contado a viva voz para todos los  presentes. Los nenes guardan los libros en el changuito biblioteca, alguna abuela dobla la mantas, y de a poco se ubican alrededor de Mati, y ella comienza abriendo la puerta de la historia elegida con un sereno pero contundente había una vez...
   Cuando el cuento termina, cada uno vuelve a lo suyo, igual que Matilde. Ella cierra su banco y arrastra su biblioteca móvil a su casa hasta el próximo sábado siempre que no llueva.
   Vivir en un barrio con una calle destinada a compartir lecturas al aire libre es un privilegio que puede reproducirse en otros lugares de la ciudad, del país. Sólo hace falta una callecita silenciosa, un cielo despejado, unas mantas y una Matilde, o un José que tengas ganas de sacar los libros a la calle para compartirlos. 
Leer juntos es mejor.


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