EN TIEMPOS DE REDES SOCIALES... ¡CARTAS! NRO. 18.
Floresta con lluvia, jueves 19 de septiembre de 2024.
¡Hola José María! La lluvia se está deteniendo. ¿Observaste lo
brillantes que quedan las hojas después de tanta agua? Frente a mi balcón tengo
un laurel gigante y cada hoja luce como una esmeralda. Apenas cantan unas gotas
aletargadas sobre las baldosas… Derroche de belleza.
Llegué bien el otro día a
la milonga, en estos salones de baile llegás y te retirás cuando querés. Nada
estricto por suerte.
Hasta hace poco usaba
wathssap, pero saqué la aplicación del celular. Me llaman por teléfono o me
escriben al correo electrónico. ¡Es un alivio real! Y como te pasará a vos,
abrir el correo tiene casi el encanto del ruido del sobre de papel al ser
abierto, ¿verdad?
Me preguntabas por mis
búsquedas. La tuya, la del sosiego es buena, ¡adhiero! Las mías fueron variando
con el paso del tiempo. De adolescente trataba de andar por los caminos que mis
padres, de manera sutil, me fueron indicando: el estudio, un empleo, el armado
de una familia… En fin, algunas se cumplieron y otras… no. Con el paso del
tiempo fui viendo con más claridad para dónde quería ir desapegándome del deseo
y programa familiar. Pero te aseguro que sigo buscando la equidad, la
serenidad, ¿la felicidad? ¿Acaso hay una fórmula para hallarla? En el amor no
me fue mal, siempre tuve al lado buenas personas, pero con fecha de
vencimiento. Aquello de “hasta que la muerte los separe…” no funcionó. Pero
siempre buscamos los humanos, sin búsquedas no hay horizonte. A veces los
panoramas se modifican según nuestra mirada. No es sencillo. Lo importante es
tener proyectos, por lo menos a mí me resultan estimulantes. En fin, navego
esas aguas José María. Aguas de esperanza y en lo posible y a pesar de todo… de
alegría. Personalmente trabajo duro para no perderla.
Espero verlo el domingo
22 en el baile de la primavera.
María Victoria.
PD.: Y a vos, ¿cómo te fue en cuestiones del amor?
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