EN TIEMPOS DE REDES SOCIALES... ¡CARTAS! NRO. 21.
Floresta, Martes 24 de septiembre de 2024.
¡Buen martes María Victoria! Ante todo quiero decirte que el baile del club por el día de la primavera estuvo muy lindo. La institución hace honor a su nombre “Floresta, un paraíso”, aunque es pretencioso y algo desmesurado el nombre, lo lleva bastante bien. Hubo mucha gente, la música muy buena, ¡y qué decir de vos!, te vi bailar tango y creo que no estaré a tu altura aunque tome muchos años de clase, pero al menos en el momento de la cumbia y otros géneros moviditos pudimos divertirnos. La verdad es que salí conmovido, ver a un grupo numeroso bailar, reír, compartir ese grato momento me llevó a mi infancia, en este mismo barrio, con los juegos en la vereda incluso de noche en verano con los vecinos que sacaban las sillas para conversar hasta tarde. Volví contento a mi casa. A vos te vi muy bien también. ¿Te acordás de la película “Luna de Avellaneda”? Ese clima se percibió en nuestro club el domingo.
Con respecto al artículo “Maestros” de Violeta Luna quiero comentarte que me gustó, aunque creo que la autora está en una etapa, digamos… evolutiva, que me resulta elevada emocionalmente hablando. Poder lograr esa mirada y actitud frente a las rupturas de pareja habla de un ser muy centrado. Alguien que se enoja poco, que no reacciona sin pensar y sentir antes de hablar, que sabe (sabe desde el corazón) por donde quiere andar. La envidio un poquito a Violeta Luna, pero no pierdo las esperanzas de alcanzarla alguna vez. Eso sí, debo admitir que con el paso del tiempo he aprendido a enojarme menos, ¿cómo? Intentando entender al otro, empatizar , palabra que suena mucho en la actualidad. La verdad, el artículo me resulto interesante. Gracias por compartirlo.
Leí en la puerta de la biblioteca que próximamente coordinarás el club de lectura. ¿Cuándo comienza? No me lo perdería. Ojalá el horario me lo permita.
Grato fue el encuentro en el baile. Volví por un ratito a mis dieciocho.
José María
PD.: Sé que te gusta el té, las fresias, los libros... ¿Hay lugar para una copa de vino?
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